Sin embargo, un reportaje de la BBC explica que el principal escollo de Abramovich para empezar los trabajos de remodelación era una familia vecina del actual estadio, de apellido Crosthwaite, quienes interpusieron en mayo de 2018 un recurso ante un juez para detener el proyecto, ya que están convencidos de que el nuevo estadio les dejará una sombra permanente debajo de su casa sin recibir los rayos del sol, convirtiéndose en un problema jurídico para las autoridades londinenses que ha perjudicado los planes del Chelsea de tener un nuevo estadio.